
Y vienen a mí, no soñados, mas como liberados de los sueños. Dociles.
No corren, vuelan. No saben caminar.
Dos de ellos se consuelan,
un tercero rie y
hay un cuato que busca a un quinto.
Hay mas. No se detienen. Vienen a mí.
Algunos mas rapidos que otros,
Los hay timidos,
cautelosos y no tanto.
Se van perdiendo.
Los hay que pasan de largo en el frenesí.
Vienen a mí, no soñados, mas como liberados.
!Que bueno que halla tantos!
Quizas al despertar pueda retener a alguno.
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