Me ofrecieron, timidamente, todo lo que tenian. Tendieron sus manos y vi un puñado de arroz.
Lo acepte de buen grado, casi emocionado, me habian ofrecido muchas cosas en mi vida pero nunca todo.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Todo lo que en verdad conocemos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario