Cuando Juano y Agus eran muy pequeños, después de
festejarles un cumple en casa sobraban decenas de globos inflados que deambulaban
por la casa como pequeños roedores durante días que se hacían semanas. Una
tarde se me ocurrió la solución, pinte todos los globos con fibras como si
fueran monstruos o animales salvajes y con los chicos nos disfrazamos y armados
con un tenedor cada uno salimos de cacería. Acabamos con muchos globos es día y
generamos el principio de una adicción (¿O debería decir tradición?) que
perdura hasta Benjamin. La cuestión es que en casa después del 1er partido de
Argentina deambulaba una manada de globos blancos y celestes junto con algunos
rosas de Mac Donalds.
Juan me pide explotar los patrios antes del partido y le
digo que no y se va cabizbajo.
Al rato regresa con el de Mac Donalds y un tenedor y me
dice:
Este si pa – Así pierden los Yanquis (jugaban a la tarde
contra Portugal)
No lo deje y los yanquis
no perdieron pero la anécdota me dispara 2 reflexiones:
1- Estaríamos
viendo demasiados programas sobre brujería en la T.V
2- Para
el cruce en 1/8 por ahí pinchamos globos del color del rival ¿Quién te dice?
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