25.11.09

Chacales

Los chacales están contentos y aúllan.

Aúllan a la luna que los ve contentos.

Contentos porque la presa se desangra,

las fuerzas la abandonan, sus patas trastabillan,

Se quiebran bajo su peso… cae.

Sola y herida en el medio del bosque, sus

astas orgullosas, desafiantes se niegan a claudicar,

rasgan la noche buscando algo de que asirse.

Nada hay.

Nadie queda.

Pero todos miran y saben.

Los chacales no tienen prisa,

se regodean de su sufrimiento,

eso los alimenta.

Pero el festín no es completo,

Se detienen y olfatean la noche.

La brisa no trae el dulce miedo.

Gallarda, la presa busca reincorporarse.

Los chacales se miran y sonríen,

sus colmillos resplandecen.

“Siempre luchan” -parecen decir-

“Siempre caen”

Emergen de sus cubiles

y transitan con sus hocicos pegados

la alfombra roja que mana de tu cuello.

Ebrios.

Excitados.

Te rodean y no dicen nada.

Te ven morir,

en silencio

Sin pedir ayuda.



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