18.9.07

Se sorprenden



Los miro y me sorprendo de que ellos a su vez se sorprendan de él porque murió joven o porque (bendito afortunado) la fiebre lo alejo de su país y la muerte lo encontró delirando sin papel (dulce venganza) en una choza. Se sorprenden porque sus pensamientos cubrieron tantas hojas y formaron tantos libros como les fueron posibles ¿por que lo hacen? ¿acaso no saben que las palabras son la peor de las enfermedades?

Son una infección que todo lo cubre donde el corazón jamás encuentra rincón para refugiarse, siempre blanco cuando los demonios atacan y la única cura es escribir , escribir hasta reventar, hasta perder la razón, hasta parecer un loco enajenado con el mundo, con los sentidos, con uno mismo

Lo se bien; otros antes lo han intentado pero nadie conoce la cura los conozco a todos ellos: borrachos, viciosos, violentos, ermitaños, sumisos; y aun así cuando las voces comienzan a aflorar (¿de donde vendrán?) nada hay que puedan hacer para calmar el influjo. Es como un torrente de pensamientos; se amontonan, se aplastan, pisándose unos a otros. Muchos mueren y desaparecen, otros tan solo pierden el turno o la energía, los hay que volverán mas tarde con mas brío a acometer testarudos la mente del poeta hasta que este los deje salir, pero los que quedan, los ganadores, esos son los realmente peligrosos, son los sobrevivientes y tienen el poder de infectar otras mentes. Su influjo es casi inevitable para aquellos que están dotados de la esencia, de la sensibilidad por eso me sorprendo cuando se sorprenden de que aquel poeta haya muerto tan joven y de que sin embargo su obra sea tan basta, así somos todos, así lo seremos siempre. Algunos moriremos antes de darnos cuenta y otros viviremos este martirio hasta que alguna otra fiebre se apiade de nosotros y nos libere de esta agonía (se puede si se quiere optar por el suicidio pero como dice el poeta ¿cuál de todos? tu piensas que tu suicidas yo que te matas... esa no es una opción). Viviremos por siempre malditos nosotros poetas y ellos parece ser que morirán sorprendidos.

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