
El poeta es el que debe enseñar y no el filosofo. Eso nos dice Rilke un Rilke tardío es cierto; un Rilke que intuye o ve al tuerto del que nos habla Horderling. El poeta tiene un don. El poeta ve y camina patizambo entre los 2 mundos. Volad cantos míos, volad y buscad a los hombres nos dice Pound pero aunque el destinatario de los poemas son los hombres, aunque en el fondo lo que se busca es despertarnos, concientizarnos, Pound tiene muy claro la certeza de que los poetas son pequeños dioses. Si los poetas son pequeños dioses ¿los poemas? ¿son pequeños ángeles?. Es el deber del poeta mostrar el camino es tanto su deber como su sino, así como es su sino saberse ignorado por sus contemporáneos. La falta de comprensión, de aceptación es un rasgo humano, forma parte de su carácter, eternas ovejas que prefieren desangrarse en su ignorancia. Este rasgo no le es ajeno al poeta. Aquel que se sabe deferente, aquel que intuye el camino, que ve la luz correcta al final del túnel de la vida. El deberá sacrificarse, quizás la evolución del poeta que ve y es ignorado es el poeta que lucha y perece. Quizás los pequeños dioses deban bajar a sacrificarse por nos aunque en un principio nos cueste entenderlo, comprenderlo. Quizás la búsqueda de la palabra no se pueda producir más que a través del hecho.
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